La importancia de las vacunas para proteger tu sistema inmunitario

15/02/2019 0 Comentario(s)

VACUNAS

Vacunas

Desde el descubrimiento de la primera vacuna contra la viruela, en 1796, hasta hoy día, la investigación científica ha avanzado erradicando enfermedades, con un impacto directo en la ciudadanía, mejorando notablemente su calidad y esperanza de vida. Acciones como la potabilización del agua o el estudio de las enfermedades que han afectado a las personas a lo largo de la historia, han propiciado el establecimiento del calendario de vacunación de forma generalizada. Con él, se ha logrado controlar las diferentes enfermedades que pueden afectar a las personas dependiendo de su franja de edad y sexo y combatirlas con diferentes tipos de vacunas que actúen en nuestro sistema inmunológico, fortaleciendo las defensas.

Vacunas, ¿realmente necesarias?

La respuesta es un rotundo sí. Como bien hemos dicho, el principal objetivo de las vacunas es proporcionar al organismo una mayor protección frente a los “ataques” de diferentes tipos de enfermedades. Desde temprana edad, la administración de vacunas es esencial para garantizar una buena calidad de vida para la persona, ya que en este momento somos más sensibles a sufrir enfermedades, como consecuencia de no haber desarrollado suficientemente nuestro sistema inmunológico. De esta manera, desde hace años, el calendario de vacunación ya incluye la vacuna de la varicela, la vacuna de la gripe, para la tos compulsivas, la meningitis, el sarampión, entre otras

VACUNAS

Actualmente hay muchas personas que dudan sobre la efectividad y la seguridad de las vacunas, especialmente si nos referimos a los niños. No obstante, los beneficios que proporcionan estas al sistema inmunológico son mucho mayores que sus efectos secundarios. Algunos de los síntomas más comunes son el enrojecimiento y la inflamación de la zona donde se ha inoculado la vacuna. Estos efectos se manifiestan después de administrarse y, en casos puntuales, pueden derivar en fiebre leve y decaimiento físico. Pero, en cualquier caso, se desconocen casos de pacientes con síntomas de gravedad.

No obstante, si hoy en día se opta por no vacunarse, es muy probable que ante cualquier contacto con alguna enfermedad, esta se puede contraer fácilmente, además de volvernos  más vulnerables a la acción de los agentes ambientales como el frío, la humedad y el calor. Así mismo, si no nos vacunamos, podemos transmitir la enfermedad a otras personas, especialmente a las personas mayores y a los bebés, con un sistema inmunológico más débil.

 

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Tipos de vacunas según el criterio epidemiológico

Inactivadas o muertas

Al contrario de otras enfermedades virales, este tipo de vacunas actúan sobre microorganismos que no se pueden reproducir, o lo que vienen a ser lo mismo, que están muertos. En este tipo de enfermedades, es necesario administrar varias dosis para mantener la inmunidad del organismo.

De subunidades

Este tipo de vacunas están compuestas por la dosis concreta de la enfermedad que mejor respuesta ofrezca en el cuerpo del paciente. Se trata de un tipo de vacunas más seguras que además minimizan las posibilidades de padecer efectos secundarios.

Conjugadas

Fueron especialmente desarrolladas para bebés y niños pequeños, ya que tiempo atrás el organismo no lograba reconocer los antígenos que contenían las vacunas. De este modo, actualmente el sistema inmunológico de los niños y los bebés recibe respuesta gracias a ellas.

Combinadas

Son aquellas que se administran en un punto anatómico concreto (brazos, piernas, manos, pies, espalda…). Entre sus ventajas, con una única inyección es suficiente para alcanzar el nivel de efectividad deseado.

 

 

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