La CoQ-10 existe en dos formas químicas: oxidada (ubiquinona) y reducida (ubiquinol). Una vez oxidada, la CoQ-10 (ubiquinona) se utiliza en el organismo donde se transforma y se convierte en ubiquinol. La CoQ-10 reducida (ubiquinol) se comporta del mismo modo, convirtiéndose en ubiquinona cuando realiza su función en el organismo.
Al envejecer, nuestro organismo produce cada vez menos CoQ-10. Esta sustancia, similar a las vitaminas, se puede encontrar en distintos alimentos, pero las vísceras, como el corazón, el hígado y el riñón, contienen un nivel especialmente alto. También se encuentra en la carne de vacuno, el aceite de soja, las sardinas, las caballas y los cacahuetes.